Ahí me acogieron con mucho amor. Yo siempre fui un chico inestable, pero en CIMA me ayudaron mucho. Me dieron educación y calor de hogar. Gracias a CIMA, y a ese gran ser humano llamado Jean-Louis Lebel quien fundó este hogar.
Mi estadía en el hogar CIMA fue muy buena. Desde el inicio, el padre Jean-Louis nos dio una formación adecuada, ya que éramos niños que no teníamos la estabilidad de un hogar. Aquí, nos enseñaron lo que es el orden y la limpieza. Gracias CIMA.
CIMA me ayudó mucho en mi vida, me recibió, me dio educación, me enseñó valores, me formó, ahora soy un hombre de bien. Al momento de mi egreso, CIMA siguió apoyándome con mis estudios superiores. Gracias al Padre Jean-Louis y CIMA.
En el camino de la vida, aprendí que lo material se gasta y se va, pero el amor que nos brindas será para siempre y nunca será olvidado. Gracias CIMA, por darnos mucho amor, eres la salvación de muchos niños, le pido al señor que existas para siempre.