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INFOCIMA Nº 40 – ABRIL 2024

La sonrisa del mes

Efraín Villalta

Hola, me llamo Efraín, tengo 13 años y quiero contarles cómo llegué a CIMA. Verán, solía ser un chico problemático. Me encantaba decir groserías, me gustaba vagar por las calles y detestaba la escuela. Mis notas eran un desastre y mi mamá, preocupada por mi futuro, me habló de CIMA. Le dije que me llevara allí, dispuesto a cambiar.
Desde que llegué a CIMA, todo fue diferente para mí. Al principio me sentí un poco extraño porque no estaba acostumbrado a los horarios y a tener responsabilidades en casa. Pero aquí he aprendido a no contestar de mala manera, ya no digo groserías y tengo compañeros que me ayudan cuando lo necesito.
Además, he mejorado mucho en la limpieza y estoy agradecido con el padre Jean-Louis, mis tutores y el psicólogo por sus consejos. Lo que más me gusta son los talleres. En la granja, aprendo a cuidar a los animales, a sembrar y cosechar. En el taller de iniciación técnica, estoy aprendiendo a hacer trabajos de gasfitería y a soldar. Estoy muy agradecido con el Hogar CIMA por acogerme y ayudarme en mis estudios. Gracias a mis tutores y profesores por formarme y por creer en mí.


Foto de CIMA año 2002

Testimonio de Juan Antonio – ExCIMA.

Hola, mi nombre es Juan Antonio y quiero compartirles mi historia de vida. Siempre he pasado por momentos difíciles y dolorosos. A los 12 años, mi madre murió en circunstancias que me marcaron profundamente: fue asesinada. Desde ese momento, el odio y el rencor se apoderaron de mí. Durante el velorio y el entierro de mi madre, solo pensaba en vengarme.
Una tía me llevó a vivir con ella y con mis hermanos, pero no me sentía bien allí. Pronto, me escapé y terminé viviendo en las calles de Lima. Conocí a personas de malas influencias que me introdujeron en un mundo de violencia, peleas, drogas y robos. Me alejé de mi familia y me sumergí en la desesperación y el olvido.
Hubo momentos en los que intenté cambiar. Me acerqué a centros de ayuda en Lima, pero siempre me fugaba. La calle me llamaba y yo caía una y otra vez en mis hábitos destructivos. Sin embargo, un encuentro impensado cambió mi vida.
Conocí a dos personas que, a pesar de no conocerme, me ofrecieron comida y escucharon mi historia. Algo en ellos me inspiró confianza y me animaron a buscar ayuda en un hogar. Así fue como llegué a CIMA.
Recuerdo claramente el día en que llegué. Todos me recibieron con calidez y me tendieron la mano. Durante tres meses, estuve bien, pero el vicio y la tentación me llevaron a escaparme. Sin embargo, el padre y los tutores nunca dejaron de hablar conmigo, de animarme a regresar.
Finalmente, decidí comprometerme con mi cambio. Encontré consuelo en la fe, en la lectura de la Biblia y en las oraciones. Me sentí amado y cuidado, como si mi madre estuviera presente en cada momento. Con el apoyo de los tutores y el grupo, fui cambiando poco a poco.
Me convertí en asistente del grupo de los mayores y aprendí a confrontar mis errores y defectos. Los tutores se convirtieron en figuras de apoyo, como hermanos mayores. Así pasaron los años hasta que cumplí los 18 años.
Ingresé al servicio militar, donde encontré estabilidad y propósito.
Hoy reflexiono sobre mi vida y me alegro de haber tomado el camino hacia el cambio.


Foto – visita de voluntarios 2005

Testimonio de Véronique voluntaria canadiense.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por darme la oportunidad de ser parte de la gran familia CIMA. Ha sido una experiencia maravillosa que atesoraré por siempre.
Desde el momento en que llegué, sentí una cálida bienvenida que me hizo sentir como en casa. Aunque mi tiempo aquí fue limitado, pude sumergirme en el ambiente del hogar y comenzar a comprender la realidad de los niños que viven aquí. Me hubiera encantado quedarme más tiempo para aprender aún más sobre sus vidas y contribuir más al trabajo de CIMA.
Entiendo que comprender completamente la complejidad y la profundidad de la experiencia en CIMA lleva tiempo. Como voluntaria extranjera, sé que mi perspectiva puede estar algo distanciada de la realidad que viven los niños día a día. Sin embargo, me esforcé por adaptarme al ritmo del hogar y ofrecer mi ayuda de la mejor manera posible.

Una de las cosas que más disfruté durante mi tiempo en CIMA fue ver las sonrisas en los rostros de los niños. Aunque venimos de diferentes lugares y culturas, la risa es un lenguaje universal que conecta a todos. Esos momentos de alegría son los que llevé conmigo como recuerdos invaluables de mi experiencia en CIMA.
Quiero aprovechar esta oportunidad para reconocer y elogiar el increíble trabajo que realiza todo el equipo de CIMA. Vuestra dedicación y compromiso con el bienestar de los niños son verdaderamente inspiradores. Gracias por todo lo que hacen cada día para marcar una diferencia positiva en las vidas de estos jóvenes.
Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de ser parte de este increíble proyecto y espero poder regresar en el futuro para continuar apoyando su importante labor.


Ferias en CIMA: Un espacio de encuentro, creatividad y solidaridad

Desde hace unos años, CIMA organiza ferias en las que se ponen a la venta diversos artículos y productos: ropa, calzado, muebles, electrodomésticos y otros. Los objetos puestos en venta son de segundo uso y en excelentes condiciones.
También ponemos a la venta plantas ornamentales, abono orgánico y animales de nuestra granja: cuyes, conejos, patos, gallinas, cerdos y carneros.
Los visitantes también pueden encontrar, productos hechos en los talleres de CIMA.
Del taller de carpintería, podemos ofrecer tablas de servir, tablas de picar, tazones y otros.
Del taller de pintura en tela se ofrecen bolsos, monederos, mochilas y cuados con hermosas pinturas.
Del taller de cerámica ofrecemos retablos, nacimientos y otros adornos.
Cada pieza de nuestros talleres es única y refleja el talento y la dedicación de nuestros jóvenes. Ellos, han encontrado en el arte una forma de expresarse y de desarrollar sus habilidades.
También ofrecemos un patio de comidas con una variedad de deliciosos platos típicos del Perú que deleitan el paladar.
Las ferias en el Hogar CIMA son mucho más que un evento; son expresiones de amor, creatividad y solidaridad. Son momentos de alegría y esperanza, donde cada visita y cada compra contribuyen a construir un futuro más brillante para nuestros niños y adolescentes.


Cumpleaños del mes:

Aquí tenemos la lista de las personas que cumplieron años en este mes:

Menores:
– Jhonatan Linares
– José Gutierrez

¡Feliz cumpleaños!


Bienvenidos a la Familia CIMA:

Presentamos a los niños que han llegado a CIMA en el transcurso de este mes.
– Fabricio Perez
– Hans Chipana
– Darikson Cuba
– Sneijder Aguilar


Noticias:

Agradecemos a nuestro amigo Hamilton Castro de Colombia, que ha dado un taller sobre cómo lograr una cultura de paz.

Han llegado dos voluntarios de Alemania: Valentín Huss que estuvo una semana y Franziscus Degenfeld quien estará cerca de dos meses.

Enfermeras de la posta médica de Cieneguilla, han vacunado a los niños y a los colaboradores contra la influenza.

El martes 30 celebramos el día del trabajador con un almuerzo de camaradería. El primero de mayo siendo un día feriado, varios colaboradores no están presentes.

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