Taller de Artesanía Ayacuchana

En el taller de artesanía no solo enseña habilidades técnicas, sino que también refuerza la identidad cultural y abre puertas a oportunidades económicas, preparando a los adolescentes para una vida productiva y culturalmente consciente dentro y fuera de CIMA.

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Descripción

Fundamentación

La artesanía ayacuchana es un símbolo de la riqueza cultural del Perú. Ayacucho es reconocido como la capital del arte popular y artesanal del país, destacándose por productos como mates burilados, textiles, tallado en piedra de Huamanga, cerámica, platería, filigrana, retablos y tablas de Sarhua. En CIMA, promovemos este valioso arte como parte esencial de nuestra identidad cultural y como una herramienta para reconectar a los adolescentes con sus raíces, valorando la historia y el legado cultural peruano. Este taller no solo fomenta la expresión artística, sino que también tiene un profundo impacto en el fortalecimiento de la autoestima y el orgullo nacional.

Logros Terapéuticos

Además de los beneficios terapéuticos comunes en los talleres de arte, como la canalización de emociones y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, este taller específico permite a los adolescentes conectar con su historia y herencia cultural. Al trabajar con las tradiciones artesanales de Ayacucho, los participantes aprenden a valorar los productos peruanos y a sentirse orgullosos de su patrimonio. El taller no solo promueve la creatividad, sino también el pensamiento positivo sobre sus orígenes ancestrales, lo cual es particularmente relevante en un contexto donde este reconocimiento cultural a menudo es escaso entre los jóvenes.

Logros Formativos

Uno de los productos más representativos de la artesanía ayacuchana es el retablo, una estructura portátil que contiene figuras que representan escenas religiosas o de la vida cotidiana. En CIMA, el taller se enfoca en la elaboración de retablos, enseñando a los adolescentes tanto las técnicas tradicionales de construcción como el significado cultural detrás de ellos. El proceso incluye el uso de materiales como cedro, yeso, pasta de papa, y arcilla para crear figuras que decoran los niveles internos del retablo. A través de la enseñanza de estas técnicas, los adolescentes no solo aprenden un oficio artesanal, sino que también participan en la transmisión intergeneracional del conocimiento cultural, tal como se ha hecho en Perú durante siglos.

Logros Productivos

A medida que los adolescentes avanzan en el taller, aquellos que permanecen por más tiempo asumen un rol de maestros, replicando las técnicas y tradiciones con los más jóvenes. Este modelo de enseñanza fomenta un sentido de responsabilidad y orgullo en la preservación de la cultura ayacuchana. Los adolescentes que alcanzan un nivel avanzado de habilidad se convierten en embajadores de esta tradición fuera del hogar, utilizando las destrezas adquiridas para generar ingresos a través de pequeños emprendimientos, exhibiendo y vendiendo sus productos en ferias y mercados locales, y ahora, gracias a la globalización, también a un público internacional.