Creo que como consagrado fue una parte de “mi opción de vida”, de “un llamado” que sentí hace más de 30 años al encontrarme con los niños de la calle.  Los veía indefensos y muy expuestos a diferentes situaciones que se daban en las calles, dependiendo de la hora, sufriendo el abuso o maltrato de un adulto.

La calle nunca fue favorable para que un menor viviera o interactuara particularmente en las noches.

Observe que en más de una ocasión se decía que el menor tiene la culpa, con facilidad se le juzgaba y con ligereza se le condenaba y se le trataba con desprecio y de manera excluyente.

Hoy en día poco se habla de los niños de la calle. Hoy se habla con más frecuencia de niños y adolescentes con problemas conductuales o con conductas inadecuadas.

En la mayoría son niños que viven con sus padres o por lo menos con uno de ellos o con algún familiar o pariente.

Estos niños a veces reaccionan de manera inadecuada, incorrecta, con conductas problemáticas, en el seno de su familia o comunidad. Mi pregunta fue ¿por qué? Porque ¿ellos son los problemáticos? O por que se repiten escenas de violencia, maltrato, abuso y los niños por ser niños reaccionan de manera inadecuada. Vuelven a ser juzgados, hasta condenados y excluidos de su entorno familiar y social.

Pues, hoy como papá sigo sintiendo el “llamado” a involucrarme en la modificación conductual de estos niños y adolescentes. También poder ser un facilitador para que ellos libremente puedan decidir su cambio, respondiendo a las oportunidades, fortalecer sus voluntades y reinsertarse a sus familias y comunidades.

Jorge Luis Saavedra Salas

DIRECTOR