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Hola me llamo Cristofer. Cuando estuve en la calle, me gustaba tomar y robar, eso era mi vida afuera. Robaba para ir a los vicios. Un día mis padres me llevaron a CIMA, que es un hogar donde cambias tu vida. Cuando llegué a CIMA me gustó y decidí quedarme. No conocía a nadie, excepto a un excompañero de otro albergue y me sentía acompañado de él. Yo en los estudios era pésimo, era el último de todos hasta que llegó un tutor llamado Miguel Fiestas. Él me dijo que me ponga al día y estuve así un mes y lo logré. Logré pasar de año gracias a su apoyo y a la exigencia en mis estudios. Ahora soy mejor y e avanzado bastante y eso se lo agradezco mucho. También agradezco al padre Jean-Louis, por crear este hogar que nos apoya mucho y logramos nuestras metas. En este hogar aprendí a tocar 9 instrumentos: la zampoña, el charango, el piano, el bajo, la guitarra, la batería, el cajón, el bombo y la trompeta, ahora estoy aprendiendo a tocar la quena y sé que lo voy a lograr, para ser un gran músico. También quiero trabajar en marketing, porque soy bueno en matemáticas y quiero ser profesional, salir adelante en el futuro. También quiero ser otro menor de CIMA, que logró su meta en la vida.
Hola con todos, mi nombre es Félix de la Cruz y tengo 33 años… Cuando tenía 14 años , me enteré por un señor que había un hogar llamado CIMA donde yo podía estar mejor, no pasar hambre ni frío, donde iba a tener un techo para dormir. Entonces decidí internarme. Mientras íbamos en el carro pasábamos cerros y un río; el trayecto me pareció muy largo. Al llegar a CIMA me recibieron con los brazos abiertos; me preguntaron si quería quedarme.
La persona que me recibió llamó al tutor del pabellón donde iba a quedarme. El tutor me mandó a bañarme. Mi ropa estaba sucia y rota; el tutor pidió a los chicos que me prestaran unas chancletas un polo y un pantalón. Rápidamente los chicos estuvieron dispuestos a brindarme sus prendas.
Lo primero que aprendí en CIMA, fue ser bondadoso y apoyar a los que no tienen. Sobre todo, aprendí a ayudar a las personas sin esperar nada a cambio. Cuando llegué a CIMA, había estudiado hasta el tercer grado de primaria; pero no sabía leer. Tuve que empezar de nuevo desde el inicio. En CIMA, había una profesora, que me enseñó a leer y a escribir. En CIMA, había un programa acelerado de estudios. Así fue como logré estudiar en un año los tres primeros grados. De igual modo pude cursar el cuarto, el quinto y el sexto grados en un año.
En aquel entonces ya había cumplido 16 años.
Además de terminar la primaria, había aprendido mucho en los talleres de música, manualidades, pintura en tela, granja, cocina, entre otros. Al momento de estudiar la secundaria tuve que demostrar que tenía los conocimientos correspondientes a la primaria completa.
Mis compañeros tenían doce, trece, catorce años. Tuve que pasar vergüenza por la diferencia de edad.
Ahora tengo 36 años y llevo tres años como colaborador de CIMA en el taller de granja. Cuando veo que un chico llega con comportamiento de la calle y que, poco a poco, empieza a cambiar, me da mucha alegría. Ver a los niños que van superando sus problemas es algo que me hace muy feliz. Me da más ganas de seguir trabajando con ellos. Doy gracias al padre Jean-Louis por darme esta oportunidad y permitirme ayudar a los chicos como en un momento, CIMA me ayudó a mí.
Mi nombre es Leandro, tengo 34 años y soy educador de la casa hogar CIMA. Comencé este viaje llamado “esperanza” el 01 de marzo de 2022.
Mi experiencia como educador de jóvenes es increíble. Conocerlos y ser parte de su crecimiento y cambio, me convence que todos merecemos tener una segunda oportunidad, por más dura que haya sido la vida.
En CIMA tenemos jóvenes extremadamente hábiles y talentosos, capaces de lograr todo lo que se propongan. Aquí desarrollan distintas habilidades y técnicas, que van más allá de solamente los estudios.
Los jóvenes o como yo los llamo “hijos” son parte de mi vida y sus logros diarios son mi motivación y satisfacción. Por esta razón me esfuerzo para que tengan una perspectiva optimista sobre la vida. Anhelo que se amen y respeten, y así tengan un mejor desarrollo.
Doy gracias a Dios y a la casa hogar CIMA por abrirme sus puertas y permitirme estar en este viaje de esperanza junto a esta gran familia.
El reciclaje es una actividad diaria con nuestros niños y adolescentes. CIMA, es un escenario ecológico, donde nuestros menores interactúan respetuosamente con la naturaleza.
En el distrito de Cieneguilla vivimos en un ambiente rural. El agua potable de CIMA proviene de un pozo. Mejoramos su calidad por medio de una planta de purificación de agua.
Por otra parte, las aguas servidas del hogar llegan a una primera planta de tratamiento. Aquí se separan sólidos y líquidos.
Los sólidos son dirigidos a las composteras. El producto obtenido, se usa como abono.
Los líquidos, llegan a una segunda planta de tratamiento donde se purifican y se utilizan en el riego de los campos de cultivo, también en piscicultura e hidroponía.
Además, tenemos dos biodigestores. El primero recibe los excrementos de los animales, los procesa y se obtiene gas para nuestra cocina. Además, produce un fertilizante líquido llamado “Biol”.
El segundo biodigestor, recibe hojas y cáscaras de verduras y frutas. Cumple la misma función que el primer biodigestor.
Finalmente, los plásticos, papeles, cartones, metales y vidrios son reciclados.
Janter Villalobos
Santiago Maldonado
Rafael Ruiz
Eduar Huerta
Cristian Huamali
¡Bienvenidos a casa!
Cristiano Hidalgo
Juan Rodriguez
Mark Ramirez
Erick Ramirez
Naen Misiyauri
Eddy Herrera
Franco Huayanay
En el marco de la Escuela de Padres, tuvimos una reunión a la que asistieron 25 personas.
Un grupo de la comunidad de Corintios Trece vino a animar una noche de oración.
Elise Gonnet que dirige la asociación Ayud’Art vino al Perú para una corta visita. Pudimos compartir un grato momento con ella en casa de los padres de Julissa Miranda. Con gran alegría volvimos a ver a Elise y a Mario López después de tres años.
Recibimos la visita de Javier Céspedes, nuevo presidente de BNI.
La Sra. Paola Madrid, de BNI, vino con dos médicos, el Dr. Felipe y la Dra. Kim que se encargaron de organizar la sala de primeros auxilios y el expediente médico de cada niño.
Thibault y Cloé, de la asociación Ayud’art, vinieron a visitarnos. Apreciamos mucho los bonitos momentos que pasamos juntos.
Jean-Louis participó en el encuentro organizado por el Premio Campodónico en el campus de la Universidad de Piura en Miraflores.
El Dr. Gonzalo Díaz, dentista y miembro de la asociación BNI, se ofreció a tratar gratuitamente a nuestros chicos.
A través de la ONG OLI, el oculista Gallo Blanco vino con su equipo y evaluaron la vista de todos los niños y del personal. Entregaron lentes a todos los que los necesitaban.
El Dr. Juan Carlos Cerna, dentista, reanudará su servicio voluntario a los niños del CIMA.
