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Hogar CIMA

INFOCIMA Nº 39 – MARZO 2024

La sonrisa del mes

Moisés Choque

Antes de entrar a CIMA, mi vida era prácticamente una rutina sin rumbo. Pasaba horas y horas frente a la pantalla del celular, navegando por internet sin un propósito claro. Apenas salía de casa, excepto para ir a la cabina de internet. Mis relaciones sociales se limitaban a las interacciones virtuales, y apenas tenía amigos. Solía pedirle a mi mamá comida costosa, sin considerar la difícil situación económica por la que estábamos pasando. Ignoraba sus consejos y rechazaba la comida que con tanto esfuerzo me preparaba. Por las noches, me iba a dormir a dormir a altas horas de la madrugada.
Todo cambió cuando un familiar intervino y me hizo reflexionar sobre el rumbo de mi vida. Fue mi tío quien me habló de la importancia de encontrar un propósito y me recomendó entrar a CIMA. Al principio dudé, pero finalmente decidí darme una oportunidad.
Al llegar, fui recibido por un psicólogo que me hizo algunas preguntas clave para entender mi situación. Luego, mi tutora me explicó en qué consistía el programa y qué implicaba realmente comprometerme con él. Tras reflexionar, decidí quedarme.
Ahora me encuentro escribiendo este testimonio, y apenas puedo creer lo lejos que he llegado en tan poco tiempo. Aunque al principio tenía dudas, gracias al apoyo de CIMA he descubierto un nuevo camino. Incluso me han ofrecido la oportunidad de unirme al grupo musical de CIMA llamado Wayra Marka, lo cual nunca habría imaginado posible.
En resumen, CIMA no solo me ha brindado un hogar, sino también felicidad y amor. Estoy agradecido por esta segunda oportunidad y estoy decidido a seguir adelante y aprovechar al máximo todo lo que este lugar tiene para ofrecerme.


Testimonio de Yerson Yauri – ExCIMA.

Mi nombre es Yerson. Llegué a CIMA en el año 2009 y me quedé durante 7 años. Al principio, cuando llegué, sentía miedo porque no sabía cómo trataban a los niños aquí. Sin embargo, tanto los niños como los educadores me acogieron con mucho cariño desde el primer momento. Me costó adaptarme al principio, especialmente a levantarme temprano, hacer la limpieza y participar en la oración matutina. Además, llegué en verano y los zancudos no me dejaban dormir.
Disfrutaba mucho jugando fútbol con mis nuevos amigos. Había muchos talleres que me interesaban, como confección, granja, nivelación escolar y música. Antes de llegar a CIMA, no me gustaba estudiar, faltaba mucho al colegio y no prestaba atención a los profesores. Pero aquí, aprendí a valorar el estudio. Hice mi segundo año de secundaria en CIMA y luego terminé la secundaria fuera del hogar. Los fines de semana íbamos al río en verano porque en invierno estaba seco, también íbamos a caminar por los cerros y a Pampa Tinajas. En verano hacíamos un campamento de una semana en una playa del sur de Lima.
Asistir a la Misa era algo nuevo para mí y lo que más me gustaba era recibir la comunión. Además, junto con varios chicos de CIMA, cantábamos en el coro de la iglesia. Hasta el día de hoy, sigo en contacto con muchos de mis antiguos compañeros. Nos reunimos a menudo para jugar futbol, hacer una parrilla y, sobre todo, para conversar e intercambiar ideas. Nos queremos como hermanos.
Al principio, no me gustaba ayudar en la cocina, pero con el tiempo me acostumbré y hasta me gustó. Eso me sirvió mucho cuando salí de CIMA, ahora soy ayudante de cocina y trabajo en un restaurante en el área de entradas y bocaditos.
Quiero agradecer a CIMA por haberme apoyado. Aprendí muchas cosas y pude desarrollarme como persona. Gracias a los tutores que siempre estaban pendientes de cada uno de nosotros, y también a los profesores de los talleres por darnos una base que nos ayuda en el mundo laboral. Y, por supuesto, gracias al Padre Jean-Luis por recibirme en CIMA.


¡No a la Violencia!

Trabajemos por la Reconciliación, por la Paz

Por: Hamilton Henry, director fundador de www.Posconflicto.org

El amigo Hamilton nos acompaña por un mes. Hamilton es un colombiano que ha desarrollado una metodología para lograr una cultura de paz. En diferentes países y a lo largo de más de 20 años, ha venido afinando esta metodología.  

¿Cómo creer en el Dios de la vida desde un contexto de muerte, en el que se mezclan la fe y la esperanza con la violencia y el empobrecimiento de las mayorías? ¿Cómo hacer de la esperanza un camino en un contexto de violencia que enmaraña las relaciones y los proyectos del futuro? Estos interrogantes nos sitúan respecto a aquello que queremos abordar en nuestra responsabilidad social. Eso que llamamos muerte violenta es una realidad que enfrentan miles de personas en diferentes partes del mundo. Nuestro propósito es hacer una reflexión de acompañamiento desde una lectura integral y viva de la realidad.
El tiempo y la distancia no lograron quebrantar nuestra amistad y hermandad con Jean-Louis ni impedir que sigamos trabajando a la construcción del reino de Dios. El cariño y el amor de Dios nos han llamado a servir. ¡Que Diosidencia! nos encontramos con uno de los mayores retos: la crisis y la descomposición de la familia. Eso lleva a la deriva de los niños y adolescentes. Que vivan en la calle o se encuentren en situaciones de alto riesgo; ellos requieren atención integral y rehabilitación. Es la única manera de reinsertarlos en sus hogares y en la sociedad. Son niños y adolescentes con hambre y sed de amor, carentes de afecto y comprensión. Un verdadero abrazo cambiaría psicoafectivamente su vida, su mundo, sus posibles enfermedades mentales y conflictos emocionales. El cambio no se limitará a la construcción de un mejor futuro para ellos, sino también, para la familia, la comunidad y la sociedad. El efecto será una sociedad más justa y desarrollada; de ello llegará la bendición de ser prósperos.
Mi vivencia con ellos y un acercamiento a su corazón, me han permitido construir escenarios de confianza. He podido darme cuenta de sus heridas y entender su problemática, sus odios y sus rencores. He podido tomar conciencia de su realidad y ayudarles a propender por una vida mejor mediante la toma de decisiones correctas. Partimos del entendimiento de lo que está bien y lo que está mal. De allí, los niños y adolescentes podrán identificar sus errores y corregirlos.
Eso nos permitirá tocar los temas del perdón y de la reconciliación, identificar oportunidades de cambio, crecer en familia (www.HogarCima.org) y proyectar un mejor futuro. De seguro que lo lograremos teniendo paz y asidos de la mano de Dios.
Vivimos en una sociedad mercantilista y consumista, con una crisis de principios y valores.  De ello la violencia, especialmente en alto porcentaje la violencia intrafamiliar. Son los niños y adolescentes los que sufren las mayores consecuencias de esta situación que genera traumas y heridas que los marcan de por vida. La familia se enfrenta a grandes dificultades, entre otras, la fijación en el dios dinero. Todos piensan que con ello van a solucionar todo. Si bien es cierta la importancia del dinero como medio, no es un fin. Debemos aprender a tener una visión integral, dando verdadero valor a la familia y al amor de los padres por los hijos. Así se podrán superar los retos que implica esta responsabilidad social, individual, familiar y colectiva. En otras palabras, asumir responsabilidad social y así reducir los riesgos de descomposición de la familia que es nuestro verdadero patrimonio.

Bien podemos reflexionar al respecto y hacernos tres preguntas: ¿quién soy y cuánto valgo? ¿cuál es mi propósito de vida? ¿qué dejaré aquí cuando me vaya?
Los conflictos son manifestaciones inherentes al ser humano y a las relaciones interpersonales. La vida es ruidosa, caótica y nos distrae de lo que realmente queremos y debemos ser. Está llena de exigentes desafíos mentales y físicos. Somos arrastrados por una ola gigante de estrés; estamos cansados y peligra nuestra salud mental. Las personas exitosas y victoriosas superan ese ruido y ese caos. La sociedad actual vive una crisis, una descomposición de la familia y una cultura de violencia y corrupción. El nuevo orden mundial se identifica por cambios profundos y acelerados, los que generan conflictos difíciles de resolver. Estos conflictos llevan costos elevados de capital humano y financiero. ¡Debemos estar preparados!
La metodología que lleva a la resolución de conflictos es una ciencia interdisciplinaria. Ella permite aprender los valores de cohesión y a desaprender lo mal aprendido.
Partimos de la premisa que cualquier intento de fomentar la reconciliación y la paz, debe apuntar a lo siguiente: propender por el bienestar del ser humano, reconocer su realidad compleja y su entorno problemático e involucrar a todo su componente familiar. Esa es la condición para lograr que el resultado del proceso sea sostenible y perdurable. La familia tiene profundas incidencias en el éxito o en el fracaso de los objetivos de un Estado. Favorecer la estabilidad y solidez de la familia, trae valiosos impactos positivos para los gobiernos: el mantenimiento de la paz y la buena convivencia. Eso es el objetivo fundamental del ciudadano y del Estado. 

Utilizo una metodología orientada al fortalecimiento de la reconciliación y la paz en forma novedosa y de probado impacto. Afianzarla, difundirla y evaluarla es un trabajo que hemos emprendido, aunando esfuerzos con diversas experiencias. CIMA es un escenario privilegiado para lograr estos propósitos dado que es un centro de formación. Esta novedosa propuesta de cultura de convivencia fortalecerá profundamente la imagen de la familia.  
La atención a personas vulnerables, la construcción de personalidades equilibradas presenta para nosotros el reto de construir y perfeccionar herramientas de trabajo comunitario. Estas herramientas permiten resolver las dificultades del crecimiento personal y de la familia. Así nos podemos enfrentar a contextos críticos y de alto riesgo. Los odios, las rabias, los rencores y los deseos de venganza paralizan tanto las relaciones entre las personas, las familias y los grupos humanos. La situación es peor aun cuando se suman injusticias y violencias acumuladas por años. Cuando los traumas no solamente son individuales, sino también colectivos, el peligro de la violencia se acrecienta.
El objetivo es formular e implementar programas de acompañamiento, para los niños, los adolescentes y la familia. Así consolidamos una cultura de perdón, de reconciliación y de paz en medio de los conflictos. Esa cultura permite la reconstrucción del tejido social resquebrajado.
“La violencia nace en la persona, crece en la familia y se multiplica en la sociedad; igual la Paz.” Hamilton


Talleres y actividades diversas:

Educación Escolar en CIMA.

En nuestro hogar, reconocemos la importancia de la educación en el desarrollo integral de nuestros niños y adolescentes. Sabemos que varios de ellos enfrentan desafíos académicos al llegar a CIMA, algunos incluso habían dejado de estudiar. Sin embargo, en CIMA, nos comprometemos a brindarles una oportunidad para volver al camino del aprendizaje.
Los niños de educación primaria asisten a una escuela estatal fuera de CIMA. Por otro lado, nuestros alumnos de secundaria reciben sus clases dentro de nuestras instalaciones, gracias a un convenio establecido con un colegio particular.
Este enfoque nos permite ofrecer una educación de calidad que abarca todas las etapas del desarrollo académico de nuestros niños. Ellos reciben la atención y el apoyo necesario para alcanzar su máximo potencial.
En CIMA, creemos en el poder transformador de la educación y nos esforzamos por abrir puertas hacia un futuro lleno de oportunidades para todos nuestros niños y adolescentes.


Cumpleaños del mes:

Aquí tenemos la lista de las personas que cumplieron años en este mes:

Menores:
Jhon Gutierrez
Kris Sinchi

Colaboradores:
Julia Huillca
Rosa Bravo
Eddi Fonseca

¡Feliz cumpleaños!


Bienvenidos a la Familia CIMA:

Presentamos a los niños que han llegado a CIMA en el transcurso de este mes.

  • Sebastián Pertuza
  • Jesús Cueva
  • Eduardo Paredes
  • José Gutiérrez
  • Donovan Sánchez
  • Radamel Sánchez
  • Bhos Mateo Valenzuela
  • Josué Valles

Noticias:

  • El 11 de marzo iniciaron las clases escolares a nivel nacional.
  • Nuestro amigo Hamilton Castro está con nosotros desde hace un mes. Ofrece formación orientada al desarrollo de una cultura de paz.
  • Estando de vacaciones en su trabajo, Yerson Yauri, un exCIMA, vino a colaborar durante dos semanas. Su presencia ha sido muy positiva y estamos agradecidos.
  • En CIMA, vivimos la Semana Santa con profundo significado y reflexión. También organizamos actividades deportivas y culturales.

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